Medicamentos antibacterianos en ginecología

Entre las enfermedades del sistema reproductivo femenino, las posiciones principales están ocupadas por procesos inflamatorios. Esta tendencia está asociada con muchos factores: estrés constante, mala nutrición, vida sexual promiscua, ecología deficiente y, como resultado, numerosas infecciones en el contexto de inmunidad reducida hacen su trabajo.

Por lo tanto, el papel de los antibióticos en la ginecología no puede ser sobreestimado.

Terapia antibiótica en ginecología

La terapia antibacteriana en ginecología se utiliza con éxito en el tratamiento de enfermedades inflamatorias del útero y sus apéndices, la vagina y el peritoneo pélvico. Los antibióticos se recetan con precaución, centrándose principalmente en el patógeno y su sensibilidad a este o aquel componente. Además, en cada caso específico, se seleccionan la dosis, la duración de la administración y la compatibilidad con otros medicamentos utilizados. Todos estos matices deben ser tenidos en cuenta por el médico tratante.

Hasta la fecha, el mercado farmacéutico ofrece una amplia gama de medicamentos antibacterianos, que difieren en la política de precios, en la eficiencia de los diferentes tipos de bacterias, así como en la forma de liberación.

Se presta especial atención en ginecología a los agentes antibacterianos de acción local, con diferentes nombres que se presentan en la forma:

Las velas antibacterianas se usan con mayor frecuencia en tratamientos complejos, tienen una amplia actividad antimicrobiana, eliminan eficazmente los síntomas del proceso inflamatorio y también son prácticas de usar. La duración de la admisión varía según la naturaleza de la enfermedad. Además, las preparaciones tópicas se usan para la prevención antes de la próxima intervención quirúrgica. Los supositorios antibacterianos con nombres como Polizinaks, Klion-D, Pimafucin, Terzhinan, etc., han demostrado su eficacia en la práctica de la ginecología.