Cómo limpiar las orejas de un recién nacido?

El cuidado de los oídos de un recién nacido es muy importante. Todos los procedimientos para las madres deben llevarse a cabo con especial cuidado y minuciosidad, para no dañar los oídos y no causar dolor al niño.

Las recomendaciones sobre cómo limpiar adecuadamente las orejas de un recién nacido no son tantas y las recuerdas fácilmente. Los brotes de algodón usuales no necesitan limpiar las orejas de los recién nacidos. Para hacer esto, use bastoncillos de algodón con un tapón o algodón. Tanto el uno como el otro deben limpiarse solo el caparazón de la oreja y el borde externo del canal auditivo, en el cual los bebés están expuestos al azufre. Para una limpieza más fácil, las varillas se pueden humedecer ligeramente con agua tibia. Los pasos auditivos dentro de la oreja del recién nacido no deben limpiarse, ya que todavía están demasiado sensibles y el azufre puede introducirse accidentalmente en el interior, lo que causa la formación de un tapón de azufre. Una limpieza más profunda de las orejas en recién nacidos solo puede ser realizada por un especialista.

La piel detrás de la oreja durante cada limpieza de las orejas también debe ser tratada, para esto la cubierta del oído está ligeramente doblada. Si hay costras en la piel, se humedecen con aceite de bebé y se eliminan con mucho cuidado con algodón.

Debe recordarse que cada oreja se limpia usando una sola vara o un flagelo de algodón.

Detrás de la oreja un recién nacido puede desarrollar sarpullido del pañal, para quitarlo, la piel debe ser lubricada con una crema con una mezcla de óxido de zinc, y el niño debe bañarse en los caldos calmantes hierbas. Si hay erosión en el lugar de la dermatitis del pañal, se debe mostrar al bebé con urgencia a un especialista que le recetará el tratamiento correcto. Independientemente de tal dermatitis del pañal, la madre no puede hacer frente, lo que dará lugar a consecuencias más graves para el niño. Posteriormente, la higiene del recién nacido debe abordarse con más cuidado, e inmediatamente después del baño, esta área debe ser empapada suavemente con una toalla.

Durante el baño, es posible mojar las orejas de un recién nacido, pero si vale la pena evitarlo, por temor a las posibles consecuencias, la pregunta es irracional. Las orejas deben lavarse necesariamente. Sin embargo, si el agua entra en la oreja del recién nacido, después del baño, es necesario mojarse con una toalla o limpiarla con bastoncillos de algodón. Las consecuencias pueden ser graves solo si el niño se está bañando en un calado.