Niño no administrado

Apareciendo en la luz, todos los niños se comportan casi de manera idéntica: duermen, comen, a veces lloran. Pero en los primeros meses después del nacimiento, comienzan a mostrar el carácter, porque cada uno tiene el suyo. Taponada por la naturaleza y los genes, sus cualidades se manifiestan con mayor claridad en tiempos de crisis y en la adolescencia. Muchos niños en este momento se vuelven muy traviesos, se comportan de manera arbitraria. Veamos qué hacer si el niño se vuelve incontrolable, se comporta de manera agresiva y no reacciona en absoluto a las observaciones de los mayores. Y para empezar, descubriremos por qué los niños no obedecen a sus padres.


Causas de la desobediencia

  1. En el proceso de desarrollo y formación de la personalidad, se distinguen varios períodos particularmente complejos, denominados crisis, cuando el niño siente como si fuera la fuerza de sus seres queridos. Sin embargo, esta vez es difícil principalmente para el bebé, porque a veces él mismo no puede comprender las verdaderas causas de sus acciones. Así, el niño comprende el mundo, aprende cómo hacerlo y cómo es imposible y por qué. Y los padres deben abordar este proceso con comprensión, explicando cada paso al niño obstinado.
  2. Si tiene un hijo, entonces debe comprender que desde su nacimiento es una persona separada, con sus pensamientos y deseos, y por lo tanto tiene el derecho de actuar como lo desee. Y ustedes, los padres, deberían simplemente corregir su comportamiento si alguna acción es peligrosa para él o para otros, y en ningún caso tratar de hacerlo un robot obediente y controlado.
  3. Además, la desobediencia puede ser el resultado de una educación inadecuada (cuando al niño se le permite demasiado o, por el contrario, todo está prohibido) o problemas en la familia (peleas frecuentes entre padres, etc.).

¿Qué pasa si el niño es incontrolable?

1. Si un niño hace lo que quiere, independientemente de las protestas de sus padres, es una oportunidad para reconsiderar sus puntos de vista sobre la educación y, posiblemente, cambiar su comportamiento. ¿No le gritas demasiado al niño? ¿Le prestas suficiente atención a él?

2. Desarrolla tus tácticas de comportamiento:

3. En disputas y conflictos con su hijo o hija, nunca continúe con su autoridad: con esto puede romper la frágil confianza del niño, y entonces será aún más difícil establecer una relación. En cambio, encuentre compromisos, negocie con el niño, distraiga. Trátelo amablemente, con ternura y amor. Esta es la mejor manera de hacer que un niño se abra nuevamente a la comunicación.

4. En los casos en que el niño se comporta mal debido a algunos problemas psicológicos, no descuide la visita al médico. Un especialista lo ayudará a lidiar con este problema y restablecer la paz familiar.