Para la FIV, se necesitan los ovarios de una mujer, que se extraen al puncionar los ovarios. Para aumentar la probabilidad de fertilización de los huevos, debe tomar tanto como sea posible, pero solo uno madura en un ciclo. Por lo tanto, es necesaria la preparación para la punción de los folículos: la mujer es estimulada por la gonadotropina coriónica y otras preparaciones en los ovarios con el fin de lograr la maduración de tantos folículos como sea posible.
En qué día del ciclo se perforarán los folículos, designe un médico, pero esto ocurre antes del inicio de la ovulación. Los folículos se colocan en un medio especial para la maduración, y luego fertilizan los huevos y el embrión se rellena en el útero de la mujer. El muestreo exitoso de los huevos es una parte importante de la FIV, por lo tanto, una mujer debe cumplir con las siguientes recomendaciones:
- tomar solo aquellas drogas que son recetadas por el doctor;
- excluir la cafeína, el tabaquismo y el alcohol;
- Antes de perforar 4-5 días, excluya el sexo;
- evitar las dietas y la inanición, el esfuerzo físico pesado;
- evite el contacto con enfermedades infecciosas enfermas, si hay síntomas de infección, informe al médico sobre la contraindicación para la punción;
- no tome baños calientes, no vaya a saunas o baños;
- No comer antes del pinchazo y no beber al menos 2 horas antes del procedimiento;
- Antes de realizar una punción, vacíe el intestino y la vejiga.
¿Cómo es la punción de los folículos?
La punción de los folículos se lleva a cabo a través de la vagina bajo el control de un sensor de ultrasonido vaginal. Para la punción, el tamaño de los folículos debe ser de al menos 18-20 mm en la ecografía, con más de 3 folículos maduros en el ovario. La punción se realiza bajo anestesia local. El líquido obtenido durante la punción se transfiere a los embriólogos para su colocación en la incubadora antes de la maduración del huevo.
Las complicaciones que han surgido después del procedimiento pueden reconocerse por la aparición de debilidad intensa, mareos, pérdida del conocimiento, disminución de la hemorragia arterial, aumento del dolor en la parte inferior del abdomen, ritmo cardíaco acelerado. Todos estos son síntomas de sangrado severo, que pueden requerir una intervención urgente para detenerlo.