Traje popular español

El traje folklórico español de las mujeres fue modelado por la cultura Maho, cuyos portadores fueron los dandis españoles y sociales. Los trajes de montura rígida se pusieron de moda en el siglo XVI en la corte de los Habsburgo españoles, pero antes la estética de moda era extremadamente controvertida. El Renacimiento todavía tenía su influencia en enfatizar las formas graciosas, y la Iglesia Católica exigió ocultar todas las curvas del cuerpo; esto se convirtió en uno de los principales factores determinantes en la historia del desarrollo del traje popular español.


Características del traje folclórico femenino

El popular traje español para mujeres consistía en una chaqueta ajustada con solapas, una mantilla, que sigue siendo el elemento principal en el traje nacional, una cresta para una mantilla, faldas, chales y un accesorio obligatorio era un abanico.

Con el advenimiento del Renacimiento en el siglo XVI, el atuendo tradicional cambió un poco, tomando la forma de armadura en el marco. El vestuario enfatizaba las gráciles formas femeninas, un cuello duro ayudaba a las mujeres a levantar orgullosamente la cabeza, un corsé apretado que ocultaba todos los bultos. El atuendo femenino tenía una silueta triangular perfecta, y en contraste con la armoniosa moda italiana , la ropa española representaba formas geométricas que distorsionaban la forma natural de la mujer, lo que provocaba deformaciones. Los vestidos tenían un corpiño cerrado y opaco de corte complejo. Se colocó una rueda giratoria de metal en el corpiño, que se asemejaba a un cono en forma, y ​​esta falda se usó con faldas, superior e inferior. La falda superior tenía una incisión profunda en forma de triángulo, que conectaba con una capa afilada del corpiño. Las mangas tenían una forma estrecha, llegando a la longitud de la muñeca. Los hombros en los trajes eran muy anchos, y este efecto de hombros voluminosos se creó especialmente con la ayuda de rodillos.

Hoy en día es costumbre considerar el vestuario popular tradicional como un atuendo de la bailarina de flamenco, aunque hay muchos trajes folclóricos, dependiendo del terreno. Por ejemplo, en el centro y en el sur, el flamenco y la corrida de toros se consideran una vestimenta tradicional, mientras que los motivos celtas se usan en el norte.