Vasculitis hemorrágica en niños

La vasculitis hemorrágica de los niños es una enfermedad que afecta principalmente a los capilares de la piel, así como a los vasos sanguíneos del tracto digestivo, las articulaciones y los riñones. Pertenece al grupo de las vasopatías alérgicas inmunocomplejas de naturaleza infecciosa. El inicio del desarrollo de la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, pero, por regla general, los niños muy pequeños (hasta 3 años) padecen esta enfermedad muy raramente.

Muy a menudo, la vasculitis se diagnostica en niños de 4 a 12 años.

Existen varias formas de vasculitis hemorrágica, diferentes en sus manifestaciones y naturaleza. Así, la vasopatía se divide en dos subgrupos: hereditario (enfermedad de Hippel-Landau, síndrome de Ehlers-Danlo, síndrome de Kazabaha-Merrita, Louis-Bar, etc.) y adquirido (vasculitis sintomática con alergias de diversos orígenes, vasopatías tóxicas, hipovitaminosas y infecciosas, etc.).

Vasculitis hemorrágica: causas

La enfermedad es causada por daño a las paredes capilares y un aumento en la permeabilidad de los vasos como un todo, así como la activación del sistema complementario y un aumento en el número de complejos inmunes producidos.

Muy a menudo, el desarrollo de la enfermedad comienza algún tiempo después de una enfermedad infecciosa (ARVI, amigdalitis, escarlatina, etc.). En ocasiones, el desarrollo de vasculitis va precedido de intolerancia a medicamentos (u otros tipos de reacciones alérgicas), hipotermia, vacunación o traumatismo.

Síntomas de vasculitis en niños

En la mayoría de los casos, el primer síntoma de la enfermedad es la aparición de una pequeña erupción cutánea de color rojizo. Focos de erupciones: pliegues de extremidades, glúteos, un área alrededor de las articulaciones. En raras ocasiones aparecen erupciones en la cara, palmas y pies, tronco. Después de que pasa la erupción, las manchas pigmentadas oscuras permanecen en su lugar, que comienzan a desprenderse con frecuentes recaídas de la enfermedad.

El siguiente síntoma más común es el daño articular. Se observa desde la primera semana de la enfermedad. La naturaleza y la duración del dolor pueden ser muy diferentes, principalmente las articulaciones grandes, especialmente el tobillo y la rodilla, se ven afectadas. En este caso, la articulación se hincha, pero no hay deformaciones funcionales y trastornos irreversibles del tejido de la articulación.

El tercer síntoma más común es el dolor abdominal. Puede manifestarse con o derrotar la piel y las articulaciones. Los ataques de dolor pueden repetirse repetidamente a lo largo del día, sin una localización clara. A menudo, también se observan náuseas, vómitos y fiebre. En casos raros, es posible sangrado gástrico o intestinal.

Vasculitis hemorrágica, renal u otros órganos (pulmón, corazón, vasos cerebrales) se ven afectados. La gravedad de las lesiones puede ser muy variada, desde casos menores a moderados e incluso severos.

Vasculitis hemorrágica en niños: tratamiento

La naturaleza y los métodos de la terapia varían según la fase y la forma de la enfermedad (primer caso, recaída de la enfermedad o el período de remisión), las manifestaciones clínicas y la gravedad, y la duración y naturaleza del curso de la enfermedad. Pero aún es posible seleccionar el régimen de tratamiento más general y típico.

Para todas las formas de la enfermedad, se usan antiagregantes. Asigne kurantil (persanthin, dipyridamole) 4 veces al día a razón de 5-8 mg por kilogramo de peso corporal, trental (agapurine, pentoxifylline) 3 veces al día para 5-10 mg / kg de peso corporal. En casos severos, ambos tipos de medicamentos pueden administrarse simultáneamente. La duración del curso del tratamiento puede ser diferente, de 2 a 12 meses, dependiendo de la gravedad de la enfermedad. Cuando la forma crónica designa cursos periódicos repetidos (trimestrales o cada seis meses).

Los anticoagulantes se usan en dosis individuales, activadores de fibrinólisis, enterosorbentes, glucocorticosteroides, estabilizadores de membrana, citostáticos, antihistamínicos. La terapia de transfusión y la plasmaféresis también se usan. La elección de las drogas y los métodos de tratamiento debe ser realizada solo por un médico, El autotratamiento o el ajuste no autorizado del régimen de tratamiento sin consultar con especialistas y supervisión médica es inaceptable.

Prevención de la vasculitis hemorrágica

El papel más importante para la prevención de la enfermedad es la prevención, prevención de las exacerbaciones de focos infecciosos, aislamiento de alérgenos. Los pacientes no hacen muestras con antígenos bacterianos (prueba de Burne, tuberculina, etc.). Para prevenir la vasculitis hemorrágica en los niños es importante la dieta hipoalergénica, ahorradora, una dieta nutritiva completa y un estilo de vida saludable.