Destructiveness

Destructiveness es un término que se deriva de la palabra latina destructio, que en traducción significa destrucción, una violación de la estructura normal de algo. En psicología, este término denota una actitud negativa de una persona, que dirige a ciertos objetos externos (afuera), u, opcionalmente, a sí mismo (adentro), así como a la conducta que corresponde a estos puntos de vista.

Destructiveness: general

El Dr. Sigmund Freud creía que la destructividad es la propiedad habitual de absolutamente cualquier persona, y creía que la única diferencia radica en a qué se dirige este fenómeno. Eric Fromm en el trabajo "Anatomy of Human Destructiveness" está convencido de que la destructividad dirigida hacia afuera es solo un reflejo de lo que se dirige hacia adentro, y resulta que si la destructividad de una persona no se dirige a sí misma, no puede pasar a otras.

La destructividad humana es una consecuencia del hecho de que la persona simplemente bloquea la producción de energía fructífera, viendo los diversos obstáculos en su camino de desarrollo y autoexpresión. Es debido a la falla en la compleja cuestión de la autorrealización que surge este fenómeno patológico. Es interesante, pero la persona permanece descontenta incluso después del logro de los objetivos.

Destructiveness y su orientación

Como se mencionó anteriormente, la destructividad puede dirigirse hacia afuera y hacia adentro. Veamos ejemplos de ambos tipos.

Las manifestaciones del comportamiento destructivo dirigido hacia afuera se pueden considerar los siguientes hechos:

Las consecuencias negativas en este caso afectarán principalmente al objeto externo, no a la persona misma.

Las manifestaciones del comportamiento destructivo dirigido hacia el interior, o autodestrucción, incluyen:

Puede haber muchas manifestaciones y todas ellas causan cierto daño, algunas más grandes, otras menos.

Comportamiento destructivo y destructivo

El comportamiento destructivo es un tipo de comportamiento que es destructivo para una persona, que se caracteriza por desviaciones significativas de las normas psicológicas e incluso médicas existentes, como resultado de lo cual la calidad de la vida humana sufre mucho. La personalidad deja de revisar críticamente y evaluar su comportamiento, hay un malentendido de lo que está sucediendo y una distorsión cognitiva de la percepción en general. Como resultado, la autoestima se reduce, surgen todo tipo de disturbios emocionales que conduce al desajuste social, y en las manifestaciones más extremas.

La destructividad en sí misma está presente en absolutamente cada persona, pero se manifiesta solo en los momentos difíciles, difíciles, quizás cruciales de la vida. A menudo esto les sucede a los adolescentes, quienes, además de los problemas de la psique relacionada con la edad, todavía están cargados con cargas de aprendizaje y relaciones complejas con la generación anterior.

En algunos casos, son posibles cambios destructivos de la personalidad, que consisten en la destrucción de la propia estructura de la personalidad o, como una opción, algunos de sus componentes. Hay varias formas de este fenómeno: la deformación de los motivos de comportamiento, la deformación de las necesidades, los cambios en el carácter y el temperamento, la violación del manejo del comportamiento volitivo, la autoestima inadecuada y los problemas para comunicarse con los demás.