Heces amarillas en el perro

El seguimiento de la calidad de las heces de las mascotas es responsabilidad de todos los maestros. Solo de esta manera usted podrá notar las violaciones a tiempo y ayudarlas. Desafortunadamente, el perro en sí no puede quejarse de dolor abdominal y mala salud. Entonces, debe proceder de lo que puede brindarle para el diagnóstico.

Posibles causas de heces amarillas en perros

Si el perro tiene heces líquidas de color amarillo, esto probablemente esté relacionado con la nutrición. Los alimentos demasiado grasos provocan trastornos digestivos y, como consecuencia, un cambio en el color y la consistencia de las heces. No mimar a menudo al perro con "yummies" gordos, requesón, mantequilla, etc. Si elimina alimentos no deseados de la dieta y la situación no cambia, debe comunicarse con el veterinario.

Otra causa más grave, que resulta directamente de la primera (desnutrición), se asocia con funciones hepáticas y pancreáticas alteradas. Probablemente, el perro desarrolla pancreatitis crónica, que es letárgica, o dispepsia por fermentación. Si además del color amarillo, las heces tienen un fuerte olor ácido, esto solo confirma el diagnóstico.

Las heces amarillentas, en las que hay trozos obvios de alimentos no digeridos, tienen un olor ácido, la defecación se produce más de 2 veces al día, lo que indica una dieta categóricamente incorrecta.

Si las heces del perro son de color amarillo brillante, pero se forman y no son líquidas, puede hablar sobre enfermedades del intestino grueso, así como de la invasión helmíntica. A veces, incluso a simple vista se puede ver en las heces de parásitos . En este caso, las heces amarillas del perro están acompañadas por moco o una mezcla de moco y sangre.

Sobre la nutrición adecuada de los perros

Básicamente, todas las causas del amarillamiento de las heces se asocian inicialmente con la alimentación sistemática inadecuada del perro. Un gran error es tratar de convertir a un depredador de la naturaleza en un vegetariano. El sistema digestivo del perro está adaptado para digerir la carne, por lo que debe estar necesariamente presente en la dieta.

No es necesario alimentar al perro con algunas gachas de avena y vegetales, proteínas de baja calidad con cartílago, tendones y otras proteínas del tejido conectivo, grasas y vegetales, que no se digieren en el tracto digestivo del perro. Tal carga innecesaria en el hígado, que tiende a suprimir los procesos de fermentación en el estómago, conduce gradualmente al desarrollo de enfermedades.