Normalmente, el color de las heces depende de la edad del niño y su dieta. Los niños menores de un año más a menudo tienen una deposición blanda, el color varía de amarillo a marrón claro. Las heces blancas en los bebés son raras.
¿Qué significa heces de color claro?
Los niños mayores ya tienen una consistencia y un color de las heces más consistentes, cerca de un adulto. Si encuentra heces muy livianas en un niño, debe buscar su causa raíz, ya que esto puede indicar la presencia de enfermedades tan graves como:
- alteración de la función hepática;
- enfermedades del páncreas;
- enfermedades del tracto biliar.
En presencia de infección por rotavirus, el color de las heces también puede cambiar a blanquecino.
¿Por qué las heces de los niños son livianas?
El color de las heces en la infancia puede variar según la presencia de lo siguiente:
- en la dieta hay una cantidad abundante de productos lácteos fermentados (crema agria, mantequilla);
- Algunos tipos de medicamentos (aspirina, paracetamol) contribuyen a la coloración de las heces del niño de color blanco.
El monitoreo dinámico del niño es necesario y si en algunos días el color de las heces se normaliza, entonces no hay motivo de preocupación. Sin embargo, si un niño tiene excremento blanco durante mucho tiempo o pasa por un período indefinido y aparece de nuevo, esta es la razón para buscar ayuda médica.
Es importante rastrear la presencia o ausencia del niño de los siguientes síntomas acompañantes:
- aumento de la temperatura corporal;
- dolor en el abdomen;
- cambio de color de la orina;
- una violación del apetito;
- náuseas o vómitos;
- aumento de tamaño del abdomen.
Heces blancas en el niño: causas
La tinción de las heces en blanco indica la mayor parte de la presencia de anomalías en el trabajo del tracto gastrointestinal. La mayoría de las heces blancas se observan con enfermedades tales como:
- hepatitis;
- obstrucción del tracto biliar (curvatura de la vesícula biliar);
- disbiosis;
- Enfermedad de Whipple: es bastante rara y se caracteriza por actos frecuentes de defecación (más de 10 veces al día), un olor desagradable, una mezcla de moco o sangre.
Sin embargo, los padres no deben diagnosticar inmediatamente a sus hijos cuando se detecta un cambio en el color de la mancha. La supervisión dinámica es necesaria durante cinco días. Si el síntoma no desaparece, es importante buscar ayuda médica a tiempo para evitar enfermedades graves del sistema digestivo, hígado y páncreas.