Líquido en la cabeza de un recién nacido

Hoy, a cada quinto recién nacido se le diagnostica "aumento de la presión intracraneal". Inmediatamente cálmate: en un 99%, no tiene fundamento ni por análisis ni por investigación. Sin embargo, para verificar el estado del cerebro en un niño-infantes para la acumulación de líquido en la cabeza debe necesariamente! Desafortunadamente, bajo la frase "elevación de la PIC", la hidrocefalia puede estar oculta, una patología peligrosa.

En términos médicos, el líquido en la cabeza de un bebé recién nacido es una congestión en la cavidad cerebral del líquido cefalorraquídeo, es decir, líquido cefalorraquídeo.

Manifestación

Existen muchos tipos de hidrocefalia , pero en los niños desde el nacimiento hasta los dos años, los signos de acumulación de líquido en la cabeza en cualquier forma de patología son similares. El síntoma principal es el crecimiento patológicamente rápido de la circunferencia de la cabeza del niño. Por eso es tan importante visitar al pediatra mensualmente, que mide la cabeza y compara las cifras con la norma.

En la hidrocefalia, el fontanum también se agranda en tamaño y una fontanela grande. Esto se debe al hecho de que las uniones entre los huesos del cráneo aún no están formadas, y el líquido presiona sobre ellas desde el interior. Cuando se acumula el líquido cefalorraquídeo, la fontanela, que normalmente se cierra cada año, puede permanecer abierta hasta por tres años. Con el tiempo, los signos se vuelven más prominentes: huesos delgados del cráneo, frente prominente y desproporcionada, red venosa en la cara, tono muscular en las piernas, convulsiones. Un niño enfermo va a la zaga en desarrollo, lloroso, apático.

Solo los especialistas con experiencia pueden reconocer correctamente los síntomas de esta enfermedad, pero los padres deben buscar ayuda de inmediato, teniendo en cuenta la brecha de desarrollo o el crecimiento desproporcionado de las migas de la cabeza.

Diagnosis y tratamiento

Después de establecer el diagnóstico primario, se asigna al niño a llevar a cabo la neurosonografía, el ultrasonido del cerebro, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Cuando se confirma el diagnóstico, la cirugía de derivación ventriculoperitoneal se realiza con mayor frecuencia. La esencia de la operación es que los catéteres de silicona extraen el líquido cefalorraquídeo de los ventrículos del cerebro del niño hacia la cavidad abdominal. Con menos frecuencia, el fluido se desvía a la aurícula derecha o al canal espinal.

Si la operación se lleva a cabo a tiempo, el niño tiene todas las posibilidades de una vida normal, visitando instalaciones preescolares y escolares. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el tamaño de la cabeza después de la operación no disminuirá, ya que los cambios en los tejidos óseos son irreversibles.