Meningitis purulenta

La meningitis purulenta es una inflamación potencialmente mortal de las membranas del cerebro y la médula espinal, de naturaleza bacteriana. La meningitis con mayor frecuencia purulenta es causada por infección meningocócica (20% de los casos), neumococo (hasta 13%) y varilla hemofílica (hasta 50%). El resto de los casos recaen en las infecciones estreptocócicas y estafilocócicas, la salmonela, la infección por Pseudomonas aeruginosa y la varilla de Friedlander.

Tipos de meningitis purulenta

Dependiendo de los factores que causan la enfermedad, la meningitis se divide en:

  1. Meningitis purulenta primaria Representan una enfermedad independiente, provocada por una infección bacteriana (por ejemplo, meningitis meningocócica).
  2. Meningitis purulenta secundaria. Desarrollar como una complicación en otras enfermedades, más a menudo con infecciones de órganos ENT: otitis, sinusitis, etc.

En la forma de la corriente, la meningitis se divide en:

Dependiendo de la gravedad de la manifestación de los síntomas clínicos, el curso pulmonar, medio, grave y extremadamente grave de la enfermedad está aislado.

¿Cómo se transmite la meningitis purulenta?

Con esta enfermedad, la infección generalmente ingresa al cerebro por vía hematógena, es decir, a través de la sangre. Por sí solo, la meningitis no es contagiosa, pero las infecciones infecciosas son primarias, y a veces secundarias, que pueden causarla. Su transmisión es posible por contacto (a través del contacto físico, a través de artículos de higiene personal) y por gotitas en el aire (principalmente infecciones leves, que pueden causar meningitis purulenta secundaria).

Síntomas de meningitis purulenta

Con la meningitis purulenta, hay:

Los síntomas generalmente se manifiestan en una forma bastante aguda en los 2-3 días de la enfermedad y tienden a intensificarse. Las erupciones que pueden conducir a la muerte de los tejidos, así como los trastornos obvios de la actividad cerebral, representan los factores más peligrosos que pueden conducir a la muerte del paciente.

Diagnóstico y tratamiento de la meningitis purulenta

En general, el cuadro clínico con meningitis es pronunciado y el diagnóstico se establece fácilmente. Para confirmarlo y establecer el tipo de infección bacteriana, se realiza una punción (toma de muestras de líquido cefalorraquídeo para su análisis). Cuando la meningitis purulenta se produce directamente durante la extracción del líquido cefalorraquídeo, se detecta su mayor presión y turbidez. Otros estudios determinan el aumento en el contenido de proteína y algunas células leucocitarias (principalmente neutrófilos). La determinación del tipo de infección bacteriana se lleva a cabo con estudios microscópicos.

Dado que la meningitis purulenta es una enfermedad extremadamente grave y potencialmente mortal, su tratamiento se lleva a cabo exclusivamente en un hospital, bajo supervisión médica, y debe comenzar tan pronto como sea posible.

El principal tratamiento para la meningitis purulenta es una terapia masiva con antibióticos de la serie de penicilina y cefalosporina . En paralelo con los antibióticos se pueden utilizar: