Necrosis aséptica

No todas las enfermedades se diagnostican fácilmente, y la necrosis aséptica del hueso se encuentra entre ellas. Es posible detectar esta enfermedad grave con la ayuda de la radiografía solo si hay una destrucción significativa del tejido óseo o un desplazamiento. De lo contrario, es necesario realizar una tomografía y confiar en otros síntomas menores. Analicemos en detalle cómo difiere la necrosis aséptica de diferentes partes del hueso y cómo se desarrolla la enfermedad.

Causas de la necrosis aséptica

Con mayor frecuencia, la necrosis, es decir, la eliminación de los huesos y las articulaciones, se debe al hecho de que su suministro de sangre empeora. Las razones pueden ser las siguientes:

Si la enfermedad se diagnostica en una etapa temprana, existe la posibilidad de resolver completamente el problema con métodos conservadores o quirúrgicamente. La necrosis desencadenada es irreversible.

Necrosis aséptica de la articulación de la cadera

Este trastorno es causado por un empeoramiento del flujo sanguíneo en la parte superior del hueso de la cadera, es decir, la necrosis aséptica de la cabeza femoral causa la destrucción del tejido cartilaginoso de la articulación que lo rodea. Como resultado, una persona experimenta dolor severo y dificultad para moverse. En la mayoría de los casos, esto se debe a dislocación de la articulación de la cadera o fractura del cuello de la cadera .

La descompresión del hueso de la cadera es una operación quirúrgica que ayuda a mejorar el suministro de sangre de la articulación y desencadena el proceso de regeneración. El cirujano extirpa el área dañada mediante la perforación. En las primeras etapas de la enfermedad, el procedimiento es eficaz en el 80% de los casos, lo que evita el reemplazo de cadera. La osteotomía a menudo se realiza para aliviar el estrés. La necrosis aséptica del fémur es la más común, pero otras articulaciones también son susceptibles a la enfermedad.

Necrosis aséptica de la articulación de la rodilla y otras áreas de la enfermedad

La parte inferior del fémur termina con la articulación de la rodilla, que también puede sufrir necrosis. Con mucha frecuencia, los tejidos del cóndilo interno o externo comienzan a desaparecer. La razón radica en la gran carga en esta área, o trauma, por lo que lo primero que debe proporcionarse al paciente es un estado de reposo. Los mismos requisitos se adelantan a aquellos que desarrollan una necrosis aséptica de la cabeza del húmero: mover la mano y levantar la mercancía está estrictamente prohibido. La necrosis de estas áreas es difícil de reconocer en las primeras etapas, ya que casi no causa sensaciones incómodas. Este es el principal peligro.

La necrosis aséptica del astrágalo no es menos común. La situación se complica por el hecho de que esta área no es prácticamente suministro de sangre incluso en una persona sana, por lo que una pequeña fractura o grieta se convierte en la causa de la necrosis. El tratamiento conservador en este caso es ineficaz. Siempre que la enfermedad se encuentre en una etapa temprana, se pueden utilizar agentes de soporte, a la larga la única salida es reemplazar la articulación del tobillo o la artrodesis (fijar dos huesos en el sitio de la articulación remota). Esto permitirá que el paciente pueda moverse de forma independiente y vivir una vida prácticamente plena. Mientras más temprano se diagnostique la necrosis, mayores serán las posibilidades de que se administre antes de que se destruya el sitio extenso del hueso.