Palpitación del feto por semana - tabla

El corazón del feto comienza a formarse a partir de la cuarta semana. A partir de la sexta semana de embarazo, la medición de la frecuencia cardíaca fetal se determina con la ayuda de un equipo especial, un sensor de ultrasonido transvaginal. Al determinar las tasas de crecimiento y desarrollo del bebé, los indicadores de frecuencia cardíaca se encuentran entre los principales. Cualquier cambio patológico en los procesos de desarrollo afecta la frecuencia cardíaca y, por lo tanto, señala los problemas que han surgido.

La frecuencia de la frecuencia cardíaca fetal normal depende del período de embarazo. A continuación en la tabla se dan las normas de correspondencia de la HR con el término del embarazo.

Plazo de embarazo, semanas. Frecuencia cardíaca, ud./min.
5 80-85
Sexto 102-126
Séptimo 126-149
Octavo 149-172
Noveno 175 (155-195)
10 170 (161-179)
11mo 165 (153-177)
12º 162 (150-174)
13th 159 (147-171)
14-40 157 (146-168)

Frecuencia cardíaca fetal por semanas

Desde la quinta a la octava semana, la frecuencia cardíaca aumenta y, a partir de la novena semana, el corazón del feto late de manera más pareja (las posibles desviaciones se indican entre paréntesis). Después de la decimotercera semana, durante el control de los latidos cardíacos del feto, la frecuencia cardíaca es normalmente de 159 lpm. En este caso, es posible una desviación en el rango de 147-171 bpm.

Si hay una desviación de la frecuencia cardíaca normal, el médico realiza un examen para detectar la presencia de hipoxia intrauterina en el feto. Un latido cardíaco rápido indica una forma leve de falta de oxígeno y una bradicardia (una palpitación eructada) es una forma grave. La forma leve de hipoxia del feto puede venir a través de una estancia prolongada de la madre sin movimiento o en una habitación congestionada. La forma grave de hipoxia se produce por insuficiencia fetoplacentaria y requiere un tratamiento serio.

Monitoreo de latidos fetales

La actividad cardíaca del feto se evalúa mediante ultrasonido, ecocardiografía (ECG), auscultación (audición) y CTG (cardiotocografía). En la mayoría de los casos, solo se usa ultrasonido, pero si hay sospechas de patologías, se usan estudios adicionales. Por ejemplo, el ecocardiograma del feto, en el que la atención se concentra solo en el corazón. Con la ayuda de ECG, se examinan la estructura del corazón, sus funciones, vasos grandes. El período más óptimo para este estudio es el período de la decimoctava a la vigésimo octava semana.

A partir de la trigésimo segunda semana, se puede realizar la CTG, en la que se registran simultáneamente los latidos del corazón del feto y las contracciones uterinas.