¿Cuántas flores le dan a una niña?

Las flores evocan buenas emociones y alegría, especialmente si las presenta una persona atractiva para ti.

Cuando vas a dar flores, la pregunta aparece inmediatamente: ¿cuántas flores debe dar una niña o una mujer? Es importante entender con qué propósito desea presentar las flores, en ocasiones o solo como muestra de su afecto, admiración o profundo sentimiento de amor. El ramo de servicio puede estar desprovisto de cualquier significado estilístico.

¿Cuánto es habitual dar flores?

La respuesta a la pregunta de cuánto se acostumbra dar flores, cuántos brotes debe haber en un ramo, no puede ser inequívoca. El único criterio es que el número de colores no debe ser par. ¿Por qué? Hay bastantes opiniones sobre este asunto. Los más comunes dicen que debido a las peculiaridades populares y regionales prevalecientes entre los eslavos, no es costumbre regalar un par de flores, a excepción de los casos de duelo. Los expertos en esta área creen que la historia de esta regla se remonta a los tiempos de las tribus paganas.

Los paganos en los días paganos se asociaron con factores negativos, pero no emparejados con la suerte y la prosperidad. Todos los pueblos de Europa , por extraño que parezca, a todo lo contrario. Y en Georgia , por ejemplo, se cree que, por lo general, se toman dos y dos flores para regalar a la niña; esta es una muy buena señal, dos, esto siempre será un par.

En busca de una respuesta, cuántas flores debes darle a la niña, puedes tropezar con una variedad de interpretaciones del número de ramas en flor en un ramo. Allí encontrará el significado del ramo, sin embargo, en mi opinión en su mayor parte se encuentran inventos simples, cuidadosamente inventados por las floristerías, para usarlos como una maniobra tentadora.

Puede presentar una flor, como un signo de respeto y como un signo de gran afecto. Por supuesto, un ramo de 100 flores será una clara indicación de sus fuertes sentimientos, al menos si solo porque ha gastado mucho. Pero no se apresure a pensar que una flor, presentada de una manera especial y con un corazón puro, se valora menos. Solo el flujo, la imprevisibilidad y la cordialidad con la que se presentará el ramo es lo más importante en este ritual.