Meningitis infecciosa

La extensa inflamación de las membranas serosas del cerebro es una enfermedad peligrosa y muy contagiosa, especialmente en el período otoño-invierno, cuando el aire es frío y húmedo. La meningitis infecciosa es provocada por varios patógenos, con mayor frecuencia virus y bacterias. En la mayoría de los casos, la enfermedad es causada por una combinación de microorganismos patógenos, por lo que es extremadamente raro determinar la causa raíz del proceso inflamatorio.

¿Cómo se transmite la meningitis infecciosa?

Bacterias, protozoos y virus que provocan la patología bajo consideración viven en las membranas mucosas de una persona enferma. En consecuencia, se propagan al toser y estornudar, así como cuando hay contactos cercanos, por ejemplo, durante un beso, el uso de cubiertos y utensilios comunes.

A pesar de que la meningitis se transmite por el hogar y por las gotas en el aire, no todas las personas están infectadas con ella. La inmunidad de funcionamiento normal proporciona protección contra la penetración de patógenos en el cuerpo.

Síntomas y consecuencias de la meningitis infecciosa

La enfermedad descrita se caracteriza por síntomas agudos:

Con la terapia oportuna y correcta, los adultos se recuperan rápidamente sin complicaciones. En casos raros, las consecuencias graves de la meningitis se desarrollan en la forma de un funcionamiento defectuoso de los órganos de los sentidos (vista, audición), el trabajo cerebral, la parálisis, la necrosis y las convulsiones epilépticas. Con la provisión tardía de atención médica, es posible un resultado letal.

Tratamiento y prevención de la meningitis infecciosa

La base de la terapia de la inflamación de las meninges serosas es el soporte de la inmunidad y la supresión de la reproducción bacteriana, y se lleva a cabo un tratamiento sintomático obligatorio adicional. Al paciente se le asignan individualmente varios grupos de medicamentos:

Como prevención de la meningitis, los médicos recomiendan medidas estándar para fortalecer la inmunidad, así como la vacunación contra los virus que desencadenan el desarrollo de la enfermedad.