Quiste aracnoideo del cerebro

El quiste del cerebro es un diagnóstico bastante peligroso, que puede conducir a graves consecuencias. Existen varios tipos de quistes del cerebro, entre los cuales hay más frecuentemente arcanoides y retrocerebelosos.

El quiste cerebral aracnoideo es una neoplasia benigna de paredes delgadas, llena de líquido (licor). La envoltura del quiste puede consistir en las células de la membrana aracnoidea (aracnoidea) del cerebro o de la cicatriz del tejido aracnoideo (quiste adquirido). Tales neoplasmas a menudo no son únicos y se localizan entre la aracnoides y la superficie de la médula. Al mismo tiempo, la membrana interna del quiste entra en contacto con la caparazón blando del cerebro y la membrana externa está unida a la duramadre.

Las causas de la formación del quiste aracnoideo del cerebro

Por origen, se distinguen los quistes primarios (congénitos) y secundarios (adquiridos) y aracnoideos.

Los quistes aracnoideos primarios se forman debido a la alteración de la formación del espacio subaracnoideo o membrana aracnoidea, que se asocia con patologías en las primeras etapas del embarazo. Como resultado, la membrana aracnoidea se divide y se llena con un líquido que es similar en composición al fluido cerebroespinal.

Los quistes aracnoideos secundarios son consecuencia del trauma craneoencefálico, las cirugías cerebrales, las hemorragias subaracnoideas y las patologías asociadas con procesos inflamatorios en el cerebro. Además, estos neoplasmas pueden ocurrir en ausencia de cuerpo calloso (agenesia), síndrome de Marfan, etc.

Síntomas del quiste aracnoideo del cerebro

Con pequeñas dimensiones del quiste aracnoideo del cerebro, su presencia en la mayoría de los casos no se expresa por los síntomas clínicos. Si el quiste alcanza un tamaño considerable, existen signos característicos sobre los cuales es posible sospechar una patología:

La naturaleza y la gravedad de los síntomas dependen de la ubicación del quiste, la intensidad de la compresión de los tejidos y la violación de la salida del líquido cerebral. En el caso de un quiste aracnoideo secundario, el cuadro clínico se puede complementar con manifestaciones de la enfermedad o lesión subyacente.

Tratamiento del quiste aracnoideo del cerebro

Si el quiste aracnoideo es pequeño, no aumenta de tamaño, no se modifica, no representa una amenaza para la salud, entonces es suficiente vigilarlo constantemente para evitar complicaciones. En tales casos, el paciente se coloca en registros de dispensario y, por computadora o por resonancia magnética, se monitorea regularmente el tamaño del quiste.

Es importante identificar la causa de la neoplasia y, si es posible, tratar la enfermedad subyacente. Además, se puede recetar terapia preventiva de apoyo para estabilizar la presión intracraneal y mejorar el suministro de sangre al cerebro.

La extirpación quirúrgica del quiste aracnoideo del cerebro está indicada en los siguientes casos:

Los principales métodos de tratamiento quirúrgico del quiste aracnoideo son: