La fuerte tensión muscular, acompañada de contracción espástica, se llama calambre. Dependiendo de la naturaleza de este proceso, hay 3 tipos de patología. Los calambres tónicos representan espasmos prolongados sin relajación. La forma clónica es un cambio en el tono en forma de espasmos musculares rápidos. El tercer tipo de ataques es una variante mixta de estos tipos.
Síntomas de convulsiones tónicas
El tipo descrito de espasmos es localizado y generalizado.
En el primer caso, con convulsiones tónicas, se observa una contracción focal (local) de varios o un grupo de músculos de los siguientes órganos y partes del cuerpo:
- cuello
- esófago;
- músculo circular del ojo;
- extremidades;
- masticar los músculos (mandíbula);
- faringe;
- imitar los músculos (cara);
- cuerdas vocales.
Los síntomas principales son un síndrome de dolor agudo, espasmo severo, endurecimiento de los músculos. Cuando los músculos faciales se ven afectados, la expresión facial cambia marcadamente.
Las convulsiones tónicas generalizadas afectan simultáneamente todos los músculos del tronco, las extremidades, la cara, el cuello y, en raras ocasiones, las vías respiratorias.
Características características:
- manos dobladas;
- tensos músculos;
- piernas enderezadas;
- dientes fuertemente apretados;
- tronco alargado;
- inclinar la cabeza hacia atrás o ligeramente hacia un lado;
- a veces - pérdida de conciencia.
Convulsiones tónicas y epilepsia
Este daño cerebral crónico a menudo va acompañado de la forma de contracciones musculares generalizadas que se están considerando. La epilepsia se caracteriza por frecuentes convulsiones repetidas o sus series.
Vale la pena señalar que las convulsiones tónicas pueden ocurrir y contra otras enfermedades, por ejemplo:
- histeria;
- rabia;
- uremia;
- tétanos y otras patologías.
Tratamiento de convulsiones tónicas
Puede hacer frente a un espasmo localizado usted mismo si estira cuidadosamente el músculo, lo masajea, lo estira o lo enfría.
La terapia compleja de las convulsiones tónicas se lleva a cabo solo después de descubrir las razones exactas de su aparición. El diagnóstico se lleva a cabo por un neurólogo mediante examen físico, resonancia magnética, computadora y estudios de rayos X. Algunas personas solo necesitan ajustar la dieta y la actividad física, mientras que otras tendrán que tomar medicamentos anticonvulsivos o antiepilépticos de por vida.