Gripe intestinal en niños: tratamiento

Con la gripe intestinal o la infección por rotavirus, muchos padres están familiarizados, cuyos hijos están en el rango de edad de 1 a 3 años. El inicio de la enfermedad suele ser bastante agudo: la temperatura aumenta a 39 ° C, se producen vómitos y diarrea. El niño se queja de dolores de estómago, mala salud, tiene secreción nasal y dolor de garganta. A pesar de los síntomas tan graves, el principal peligro de la enfermedad parece ser la deshidratación rápida como consecuencia de la diarrea grave. Por lo tanto, los padres, para estar siempre alertas, deben aprender cómo tratar el rotavirus en un niño.


Tratamiento de la gripe intestinal en niños: primeras medidas

Si nota los signos anteriores de infección por rotavirus, es mejor llamar a un médico. Sin embargo, en situaciones donde no se puede brindar atención médica calificada, los padres pueden arreglárselas solos. Si un bebé está enfermo, la hospitalización es necesaria, ya que la deshidratación de su cuerpo puede poner en peligro la vida. Con rotavirus en niños, el tratamiento se reduce a las principales medidas: eliminación de la diarrea, estabilización de la temperatura corporal y normalización del estado general.

Para combatir la diarrea y la deshidratación, hay abundantes soluciones para beber y tomar que reponen el equilibrio agua-alcalino. Por lo general, se usa un polvo de regridron, touring, glucosalan, que se debe disolver en un litro de agua hervida y beber cada media hora en una cucharadita. Para detener la diarrea y eliminar las toxinas, se utilizan agentes antidiarreicos y enterosorbentes: carbón activado, smecta, enterosgel, polipepam, polisorbente, motilium, enterol, lactofiltrum, etc. Para prevenir la infección bacteriana en el intestino, se recetan medicamentos antimicrobianos, por ejemplo enterofurilo o enterol.

Si el niño tiene una temperatura superior a 38-38.5 ° C, debe ser eliminada por antipiréticos (ibuprofeno, nurofeno, paracetamol, panadol, cefecon) según la dosis relacionada con la edad. En el caso en que el bebé se queja de dolor intenso en el estómago, puede administrarle un medicamento antiespasmódico, por ejemplo, no-shpa o drotaverin.

Además, se pueden recetar medicamentos antivirales como viferon, anaferon, interferon.

Junto con el tratamiento médico, la nutrición del niño toma un lugar especial con la infección por rotavirus.

Gripe intestinal en niños: dieta

Si el bebé se niega a comer, debe beber y muy a menudo, pero en porciones pequeñas. Puede dar agua purificada, gelatina, té sin azúcar, caldo de arroz, compota de pasas. En primer lugar, a un niño enfermo no se le deben dar productos lácteos, en los que la reproducción del virus es especialmente favorable. La excepción son los hijos de bebés, que son amamantados o con una mezcla de leche agria, pero en pequeñas porciones. Al mismo tiempo, es necesario rechazar cualquier comida complementaria. Los niños con rotavirus no reciben jugos, carne, caldos, verduras y frutas crudas, legumbres, especias picantes, grasas, saladas.

Si un paciente mayor de la edad desea comer, puede prepararle una papilla líquida de arroz o galletas saladas con pan blanco. Pero deje que el bebé coma en porciones pequeñas para no causar vómitos.

Al día siguiente, puede preparar sopas de verduras pequeñas para el paciente, verduras hervidas, cereales sin lácteos, galletas y manzanas horneadas.

Muchos padres están preocupados acerca de qué alimentar al bebé después del rotavirus. Cuando disminuyen las manifestaciones agudas de la enfermedad, se agrega a la dieta carne hervida de variedades bajas en grasa, purés de fruta y pan. La comida debe cocinarse para una pareja o cocinarse, desde los alimentos fritos hasta la recuperación completa deben descartarse. Una semana más tarde, en la nutrición del niño después de la infección por rotavirus de forma gradual y en pequeñas porciones se introducen los productos lácteos (queso cottage, kéfir, leche horneada fermentada, yogur), y sólo entonces la leche diluida.

Además, restaurar al niño después de rotavirus es útil para la terapia con vitaminas, así como también la ingesta semanal de medicamentos con probióticos (linex, bififorme).