Hipertensión cerebral en bebés

Una de las patologías neurológicas más comunes en los bebés se considera hipertensión cerebral (o síndrome hipertensivo). Este trastorno se caracteriza por una mayor presión dentro del cráneo.

Se sabe que el cerebro de una persona se lava con un líquido espinal, que se conoce como líquido cefalorraquídeo. Normalmente, hay un equilibrio entre la producción de este fluido y su absorción inversa en la sangre. Por algunas razones, el volumen de contenido intracraneal puede aumentar, lo que resulta en un desequilibrio y, como consecuencia, un aumento en la presión intracraneal. Las principales razones para el desarrollo del síndrome hipertensivo en niños incluyen: hipoxia intrauterina , prematurez, daño cerebral isquémico, hemorragia intracraneal, malformaciones cerebrales congénitas, infección intrauterina y trauma en el nacimiento.

Signos de síndrome hipertensivo en recién nacidos

Con la hipertensión craneoencefálica, los niños recién nacidos se caracterizan por un comportamiento bastante inquieto, acompañado de llanto periódico y trastornos del sueño. A diferencia de los niños mayores, como tal apenas sienten dolor de cabeza, pero en el contexto de incomodidad general, náuseas, vómitos, sudoración excesiva, así como la fluctuación de la temperatura corporal del bebé. Estos niños dependen del clima, por lo que reaccionan a los cambios climáticos y las tormentas magnéticas. Entre los signos externos, hay un aumento demasiado rápido en la circunferencia de la cabeza, una fontanela grande, una pequeña fontanela cerrada y costuras entre los huesos del cráneo y una red de venas subcutáneas en el niño en la frente, la nariz o las sienes.

Síndrome hipertensivo en niños - tratamiento

Los niños con este diagnóstico deben ser observados y tratados por un neurólogo al menos durante un año. El tratamiento se establece según la gravedad de la patología y consiste en el uso de medicamentos que se excretan exceso de líquido cefalorraquídeo de las membranas cerebrales, o en la cita de medicamentos que devuelven el tono vascular a la normalidad. Además, con un propósito sedante, generalmente se prescriben infusiones de hierbas, como menta, agripalma, valeriana, etc.

Para restablecer el sistema nervioso del niño, se debe garantizar que sea menos probable que el bebé llore, duerma y coma de acuerdo con el régimen prescrito, y que camine tanto como sea posible al aire libre.

En la mayoría de los casos, en los niños pequeños, después del tratamiento para el sexto mes de vida, todo queda sin rastro, pero a veces esta violación puede durar toda la vida y en cualquier momento crítico se manifiesta nuevamente.