Posición de vida

La posición de vida de la persona es su actitud integral hacia el mundo que lo rodea, que se manifiesta en sus pensamientos y acciones. Esto es algo que llama la atención cuando te encuentras y nos diferencia el uno del otro en un sentido psicológico. Afecta la capacidad de superar las dificultades, nuestros éxitos y determina el poder sobre el propio destino.

Una clara posición de vida se manifiesta en todas las esferas de la actividad humana: moral, espiritual, sociopolítica y laboral. Expresa la tensión moral del individuo, es decir, su disposición para la acción práctica.

La formación de una posición de vida comienza con el nacimiento y depende en gran medida del entorno en el que vive una persona. Su fundamento nace cuando el niño aprende a comunicarse con sus padres, amigos, maestros, vivir en sociedad. Dependiendo de estas relaciones, se especifica la autodeterminación de una persona.

Posición de vida activa y pasiva

La posición de vida activa es el secreto de la autorrealización y el éxito. Se manifiesta en la valentía de la iniciativa y la voluntad de actuar. Para formarlo, necesitamos un motor que nos impulse hacia adelante. En el papel de tal motor, nuestros deseos actúan, lo que nos elevará por encima de todas las dificultades y nos ayudará a lograr nuestros objetivos. Una persona con un puesto de vida activo puede ser un líder y quizás seguir a un líder, pero siempre tiene su propio punto de vista y fortaleza para defenderlo.

Existen los siguientes tipos de posición de vida activa:

  1. Actitud positiva. Está orientado a los estándares morales de la sociedad, a la aprobación del bien y a la superación del mal moral.
  2. Negativo No siempre las personas activas y activas gastan sus esfuerzos en acciones positivas, sus acciones pueden dañar a otros y a sí mismos. Un ejemplo de posición de vida activa negativa puede servir como participación en varias pandillas. El líder de la pandilla: la persona está contenta con los activos, con convicciones fuertes, objetivos específicos, pero sus creencias son perjudiciales para la sociedad y no a su favor.

La antítesis de esta posición vital es la pasividad. Una persona con una posición de vida pasiva es inerte e indiferente. Sus palabras y hechos divergen, no quiere participar en la solución de ningún problema y dificultad de la sociedad en la que vive. Su comportamiento se asemeja al comportamiento de un avestruz, que esconde su cabeza en la arena, pensando que esta es la forma más segura de librarse de los problemas. Dichos principios no son menos peligrosos que una posición de vida activa negativa. ¿Cuánta injusticia y crimen se comete a partir de nuestra inacción?

La posición de vida pasiva se puede manifestar de las siguientes maneras:

  1. Completa inacción Las personas en esta categoría se caracterizan por una reacción cero a los problemas. Los peligros y las dificultades los paralizan y esperan la resolución de estas situaciones.
  2. Sumisión. Una persona observa estrictamente las reglas y regulaciones de otras personas, sin pensar en la adecuación y la necesidad de estas reglas.
  3. Excitación Implementación de cualquier acción desprovista de objetivos constructivos. Por ejemplo, ruido, alboroto, intenso actividad, solo dirigida en la dirección incorrecta.
  4. Comportamiento destructivo Una persona echa la culpa de sus fallas a las personas que no están involucradas en esto. Por ejemplo, una madre que rompe su enojo con los niños debido a problemas en el trabajo.

A pesar del hecho de que la posición de vida se forma en la infancia y depende de la sociedad en la que vivimos, no es demasiado tarde para detenerse y pensar cuál es su posición de vida, qué beneficios aporta a quienes le rodean. Y si el resultado de la reflexión no satisface, no es demasiado tarde para cambiarte.