¿Es posible el rábano con la lactancia materna? "Por" y "en contra"
Algunas verduras, incluido el rábano, pueden provocar alteraciones en el trabajo de un bebé que aún no ha formado un tubo digestivo. Su consumo causa hinchazón, cólicos, alteración de las heces (a menudo estreñimiento), la aparición de alergias. Es por eso que los pediatras no aconsejan a las madres jóvenes que coman rábano durante la lactancia en los primeros 3 meses de vida del bebé. Si la miga es propensa a las alergias o tiene algún problema con la digestión, con la introducción de rábano en la ración de una mujer lactante, es necesario esperar al menos seis meses.
Otro argumento que no está a favor de esta raíz es su capacidad para cambiar el sabor de la leche materna, lo que puede desencadenar el fracaso de la ingesta de migas.
Y, sin embargo, si cuidas y respetas las reglas básicas para la introducción de nuevos productos, igual puedes comer rábanos cuando amamantan a las madres. Después de todo, la verdura tiene un efecto beneficioso sobre el estado de ánimo de la madre, mejora el trabajo de su sistema cardiovascular, satura el cuerpo con vitaminas y microelementos. Además, se demuestra que el consumo de rábano por parte de una mujer lactante ayuda a fortalecer el sistema inmune de migas.
Recuerde que es mejor comer un vegetal después de que el bebé tenga al menos tres meses de edad. Puede usarlo solo en el momento del año adecuado para él, es decir, en la primavera. Ideal para las madres lactantes son las raíces frescas, cultivadas en su propia casa de verano o jardín de vegetales, sin daños y decoloración. El rábano, comprado en una tienda o en el mercado, requiere una inspección minuciosa y
Además, vale la pena recordar que la cantidad de rábano consumida durante la lactancia debe estar estrictamente regulada. Para la primera prueba, una raíz será suficiente. Más tarde, en ausencia de una reacción negativa del cuerpo, el bebé, mamá puede permitirse comer un poco más. Sin embargo, es imposible abusar de los rábanos durante la lactancia. Los expertos recomiendan salar una ensalada de la verdura antes mencionada, no más de una a dos veces por semana.