Una piometra en un gato

Los veterinarios han establecido que los principales factores que pueden desencadenar la aparición de la enfermedad son:

En su mayor parte, en una enfermedad de este tipo de sus animales, los mismos dueños son culpables, que no controlan su apareamiento, reciben la entrega ellos mismos o están involucrados en el tratamiento.

Síntomas de piometra en gatos

Esta enfermedad se acompaña de los siguientes cambios en la condición física del animal:

Si la enfermedad se presenta en forma cerrada, cuando el cuello uterino está obstruido, el pus comienza a acumularse en el cuerpo y los cuernos del órgano genital. El tipo abierto de patología se acompaña de abundantes descargas características, que literalmente se vierten desde el tracto genital del animal cuando se eleva.

El momento del desarrollo de la enfermedad puede ser de varios días y un par de meses, por lo que la piometra puede pasar de la fase aguda a la crónica. Los síntomas iniciales que pueden indicar indirectamente la enfermedad son el comportamiento opresivo, rencoroso y agresivo de la mascota, la negativa a comer y el deseo constante de agua. También vale la pena prestar atención a la temperatura del cuerpo del gato, que puede aumentar periódicamente. Es bastante posible el vómito, lo que lleva a la deshidratación.

La presencia de al menos uno de estos síntomas alarmantes es la razón para contactar a un veterinario. El médico realizará una ecografía, realizará pruebas y prescribirá un tratamiento, sin el cual es muy posible que el útero se rompa y se infecte la sangre.

Tratamiento de piometras en un gato

Si se confirma el diagnóstico, entonces urge iniciar el tratamiento, que puede ser conservador y operativo. El primero implica un tratamiento a largo plazo con medicamentos hormonales, antibióticos y medicamentos antibacterianos con el uso de la terapia de mantenimiento. Vale la pena señalar que este método para deshacerse de la enfermedad es ineficaz, es costoso y requiere mucho tiempo, pero existe la posibilidad de evitar medidas operativas radicales.

Más efectiva es la operación, durante la cual al animal se le extirpan tanto los ovarios como el órgano genital en sí. Es la eliminación del foco de procesos supurativos e inflamatorios, que es el útero, que puede dar una gran posibilidad de una recuperación completa de la mascota. Por supuesto, es posible que el período postoperatorio en un gato con una piometra se complique un tanto por la exacerbación de las enfermedades crónicas existentes. Aspectos negativos de esta opción de tratamiento es la necesidad de realizar anestesia y la presencia de riesgos quirúrgicos, que en cualquier caso da un resultado final más tangible.