Espesor de la placenta

El grosor y el grado de madurez de la placenta son los dos indicadores más importantes durante el embarazo, que solo se pueden determinar con ultrasonido. Hay ciertas normas de madurez y grosor de la placenta. La desviación de ellos amenaza muchas complicaciones desagradables, incluso las más tristes.

Un aumento en el grosor de la placenta indica la presencia de patología. Esto a veces ocurre durante la transferencia durante un embarazo de una enfermedad infecciosa grave, así como en anemia, diabetes, gestosis y conflicto de Rhesus. Por lo tanto, las mujeres que tienen estas enfermedades se observan especialmente durante todo el embarazo.

Dependiendo del término, el grosor de la placenta tiene diferentes valores de la norma. Por cierto, la desviación de ella al lado más pequeño también se considera una patología. Si se reduce el grosor de la placenta, la afección se denomina hipoplasia. Este fenómeno es causado por las mismas razones que la maduración temprana de la placenta: fumar y beber mujeres embarazadas, procesos infecciosos, etc.

¿Cuál debería ser el grosor de la placenta?

A las 21 semanas, el grosor de la placenta alcanza el nivel de 17,4 mm. Cada semana, esta cifra aumenta en aproximadamente 1 mm. El grosor de la placenta a las 36 semanas es de 35.5 mm, a las 37 semanas - 34.4 mm. Es decir, el valor máximo de espesor cae exactamente en 36 semanas. Después de esto, la placenta se vuelve más delgada gradualmente. Al final del embarazo, el grosor de la placenta no debe ser más de 34 mm.

Por supuesto, todas estas cifras pueden variar hasta cierto punto. Pero una desviación significativa de la norma debería alertar a los médicos. En este caso, se realizan ultrasonidos expertos, doplerografía y cardiotocografía.

Madurez de la placenta

Este indicador indica qué tan bien un órgano tan importante como la placenta realiza sus funciones. El grado cero se mantiene hasta las 27 semanas, más cerca de 32, el grado de madurez pasa a ser el segundo y, a las 37 semanas, el tercero.

El cuarto grado de madurez de la placenta es inherente a los casos de reparación del embarazo. Por lo tanto, no todos en el ultrasonido diagnostican este grado de madurez.

El envejecimiento prematuro de la placenta conduce a diversos factores adversos, y la consecuencia de esta condición es el sufrimiento intrauterino del niño. La placenta desempeña pobremente sus funciones, el niño recibe menos oxígeno y nutrientes, su desarrollo se ralentiza. Esto puede conducir a la muerte del feto y al nacimiento de un niño pequeño y débil.

La situación puede remediarse médicamente: intente mejorar el intercambio de nutrientes y oxígeno.