Infección intrauterina: consecuencias

Toda futura madre sueña con el nacimiento de un bebé sano y, al mismo tiempo, no está encantada con las frecuentes visitas a las consultas de las mujeres y la realización de varios análisis. Pero todos estos estudios son simplemente necesarios para proteger al niño aún no nacido de la insidiosa infección intrauterina. Y para no hablar de sus terribles consecuencias, es mejor hacer todo por su prevención.

Infección intrauterina (VUI) se refiere a los procesos infecciosos o enfermedades del feto y del recién nacido, cuyos agentes causales son bacterias (estreptococos, clamidia, E. coli, etc.), virus (rubéola, herpes, influenza, hepatitis B, citomegalia, etc.), hongos. género Candida, protozoos (toxoplasma). Los más peligrosos para el bebé son aquellos con los que su madre se conoció durante el embarazo, es decir, si ya tiene inmunidad a la rubéola, incluso después de la vacunación, esta infección no afectará al feto.

La infección intrauterina del feto puede ocurrir antes del inicio del parto a través de la placenta (vía hematógena, a través de la sangre) o con menos frecuencia a través del líquido amniótico, cuya infección puede causar infecciones de la vagina, las trompas de Falopio o las membranas amnióticas. En este caso, estamos hablando de la infección prenatal del feto. Y si se infecta mientras pasa por el canal de parto infectado, aproximadamente por vía intranatal.

Infecciones fetales intrauterinas: síntomas

Los síntomas de una infección que afecta al feto dependen de la edad de gestación en que se produjo la infección y las vías de infección:

Infección intrauterina de recién nacidos y niños pequeños - consecuencias

Como muestran los estudios, los efectos de la infección intrauterina en los recién nacidos, que a menudo nacen en 36-38 semanas, son hipoxia, hipotrofia, trastornos respiratorios, edema. Y en la mayoría de los recién nacidos, los signos levemente expresados ​​de la enfermedad son un problema en su diagnóstico.

Unos meses más tarde, los niños con VUI pueden experimentar neumonía, conjuntivitis, infecciones del tracto urinario, encefalitis, meningitis y hepatitis. Las enfermedades de los riñones, el hígado y los órganos respiratorios en los niños del primer año de vida son susceptibles de tratamiento. Pero ya a la edad de 2 tienen un retraso desarrollo intelectual, motor y del habla. Sufren de trastornos emocionales y de conducta, disfunción cerebral, que se expresa en actividad excesiva, trastornos del habla, enuresis, etc. La adaptación de tales niños en grupos es difícil.

Debido a la patología de la visión, la audición, los trastornos motores y mentales, la epilepsia, se vuelven discapacitados, y la brecha de desarrollo conduce a la imposibilidad de obtener una educación. Este problema solo se puede resolver con la detección y corrección oportuna de las desviaciones en el desarrollo de los niños que han sufrido una infección intrauterina.