Pensamiento estratégico

Pensar es la propiedad inherente de cada uno de nosotros. Sin embargo, dependiendo del entorno de desarrollo, la sociedad, las características fisiológicas, la formación, todo se desarrolla de forma bastante peculiar. Pensar en sí mismo significa la capacidad de absorber información y crear inferencias. En lo que se refiere al pensamiento estratégico, no son solo las conclusiones las que son importantes, sino las conclusiones que contribuirán a las acciones que han tenido éxito en brindarnos un beneficio como resultado.

Este tipo de pensamiento se llama previsión, previsión, interés propio, prudencia, sabiduría. Pero la esencia de todos los sinónimos es uno: la capacidad de ver y calcular la situación en muchos pasos adelante.

Entonces, comencemos a desarrollar el pensamiento estratégico.

Componentes

Para empezar, debemos asegurarnos de que administramos todos los componentes para formar esto muy calculador.

La visión es la primera característica del pensamiento estratégico. Esto: la capacidad de ver la situación en su desarrollo futuro, la oportunidad de responder a la pregunta, qué sucederá mañana a lo que está sucediendo hoy.

Una misión es un objetivo claramente definido.

Los valores son la capacidad de priorizar, filtrar de un segundo plano y no dispersarse en un millón de casos.

Las oportunidades son la capacidad de encontrar incluso en las situaciones menos envidiables un beneficio para uno mismo.

Ejercicio

Dado que el principio del pensamiento estratégico es ver la situación en detalle, considere el ejercicio para la visualización. Imagina un árbol frente a todas las pequeñas cosas.

Presentado?

Ahora responda a la pregunta: ¿cuál es la distancia en metros desde su rama más baja hasta el suelo?

¿Qué tan profundas son las raíces de la tierra?

¿Quién vive en su corona, el sistema de raíz?

¿Cómo se balancean sus ramas por el soplo del viento?

Si tiene que responder estas preguntas, al principio no representó con precisión el árbol. Ahora respondiéndoles, realmente ves la situación en el volumen.

Este es un excelente ejercicio para formar el pensamiento estratégico, que debe repetirse día a día, usando analogías del árbol. Puede aplicar este ejercicio en los negocios, para una visión completa de la situación, con el fin de captar los más mínimos matices.

Además, le recomendamos que en su tiempo libre recuerde algún problema de vida difícil que ya ha tratado. Piensa en otras tres formas de salir de eso. Esto no debería ser solo decisiones, sino acciones que te traerán más beneficios en una posición aparentemente perdida.