Miedo a las muñecas

Probablemente, todos en la infancia pensaron que sus juguetes viven los suyos, una vida de juguete especial. La idea es fascinante y, tal vez, un poco atemorizante: qué poco se le ocurrirá a la dulce muñeca Barbie cuando su dueña le dé la espalda. Especialmente comienza a asustarte cuando ves otra película de terror, o leerás un libro similar donde la muñeca, en la que se asentó el espíritu maligno, o el alma del difunto u otro cuerpo astral, crea varias hazañas oscuras, para exigir su alma negra, o a voluntad del malvado hechicero , que administra

Miedo a las muñecas y las causas de este fenómeno

En general, la idea de que las muñecas pueden representar una amenaza es bastante común en la cultura de masas moderna. Y en el fondo, como dicen algunos psicólogos, radica el miedo a las muñecas, algo tan similar a una persona, y al mismo tiempo, completamente artificial. Z. Freud creía que el miedo a las muñecas, como muchos otros miedos, proviene de nuestra infancia. Crece de la certeza de que cada niño tiene, que las muñecas están realmente vivas, pero una persona que tiene miedo obsesivo con las muñecas, o (como también se le llama a este miedo) pedophobia , la idea de animar este juguete no se pierde en ninguna parte. A medida que crece, se integra en la imagen del mundo y genera una fobia que atormenta a su dueño durante muchos años. Por cierto, los pedófobos no temen al tipo de muñecas en sí mismas, sino al hecho de que pueden dañarlas: causar un ataque cardíaco, estrangularlas mientras duermen o (y esto es más aterrador) realmente comenzar a moverse, lo que confirmará la rectitud o locura de esta persona. Por cierto, hay un caso más particular de pedophobia - glenophobia - miedo de mirar a la muñeca.

Síntomas de la fobia obsesiva de los cachorros

Los síntomas de miedo a las muñecas, como cualquier fobia, son:

Si el contacto no se pudo evitar, entonces una persona tiene un llamado ataque de pánico. Se manifiesta como:

Tratamiento de la pedophobia y la glenophobia

Usualmente estas fobias no requieren tratamiento; rara vez trae molestias graves, porque el objeto de la fobia se evita con la suficiente facilidad. Sin embargo, en casos severos, los psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras están tomando el caso, que mediante diversos métodos convencen a una persona de que las muñecas no representan una amenaza para ellos.