Persona trivial

Trifling es quizás la peor característica que una mujer puede darle a un hombre. Después de todo, todos soñamos con la generosidad del alma, amplios gestos y bellas acciones. Desde una persona insignificante es poco probable que los esperes. Por otra parte, la persona insignificante en nuestra opinión es una avara, y él es tacaño no solo por los regalos, sino también por los sentimientos.

En aras de la justicia, vale la pena decir que las mujeres son insignificantes, pero en nosotros mismos encontramos esta cualidad con mucha más indulgencia. Pero primero, descubramos quién es la persona insignificante, y si solo este avaro o mezquindad se refleja no en un componente material.

Nuestra vida consiste en muchos eventos que, a su vez, se pueden dividir en otros eventos más pequeños. Y cada acción, incluso la más pequeña, es el resultado de nuestras decisiones. Algunos los tomamos a la ligera, otros los pesamos cuidadosamente. Una pequeña persona rocía su atención solo en los detalles, es en ellos viendo una especial importancia. Pero, desafortunadamente, a las grandes ideas y asuntos, sus manos raramente llegan, porque el tiempo se consume por pequeños problemas. La mezquindad filistea, la tacañería: todo esto evita que una persona se levante por encima del alboroto, que sienta la vida y, lo más importante, que alcance alturas reales. Los detalles ocupan tanto la conciencia de la persona insignificante que la imagen general no se resume en su cabeza.

La esencia de la mezquindad

Trifling es el lado opuesto de la distracción, y cómo cualquier extremo puede conducir a problemas cotidianos. Entonces, por ejemplo, una persona insignificante puede monitorear cuidadosamente el orden en la casa sin notar sutiles problemas psicológicos. Para él, la tarea del niño hecha es más importante que resolver complejos más profundos. Esto no significa que la pequeña persona esté enojada en su naturaleza. Él es demasiado miope.

Las curiosidades domésticas, además, roban el tiempo y la sensibilidad psicológica de una persona. La tristeza en los ojos es una mota y centavos superfluos, las decisiones espontáneas que no tienen justificación, excepto los impulsos más fuertes del alma, se descartan como inicialmente erróneas. Porque la gente mezquina especialmente útil para relajarse y hacer algo inusual. Es más frecuente mirar a los ojos de sus seres queridos, soñar más, escuchar su alma. Y luego la mezquindad se transforma en ahorro, cuidado y, en general, en una cualidad positiva que puede fortalecer a cualquier familia.