Personalidad autoritaria

La noción de "personalidad autoritaria" juega un gran papel en la historia del mundo, porque significa una persona inclinada al autoritarismo y capaz de organizar a su alrededor una estructura jerárquica en la que todo se basa en el cumplimiento de sus órdenes y demandas. Sin embargo, además del deseo de controlar todo y crear un régimen autoritario, la personalidad de dicho plan, por regla general, está dotada de excelentes habilidades organizativas, lo que permite considerar no solo a los gobernantes mundiales, sino también a muchos altos directivos modernos desde este punto de vista.

Personalidad autoritaria: concepto

En primer lugar, la personalidad autoritaria difiere de otras en que es portadora de un sistema rígido de actitudes sociales. Estas personas, como regla, prefieren el pensamiento estereotípico y tratan de evitar las relaciones cercanas con otras personas. Se cree que la personalidad se desarrolla en este sentido desde la niñez como resultado de una educación demasiado estricta, que regularmente suprime las ofensas y agresiones del niño en su contra a cualquier otro sujeto, gente o fenómeno.

Tipo autoritario de personalidad hoy

Muchos creen que una personalidad autoritaria es una persona que inicialmente piensa de manera limitada, sin principios morales y valores morales, que es capaz de promover sus ideas solo a través de la violencia y la dominación sobre los demás. Esto fue confirmado en muchos estudios de una personalidad autoritaria en psicología social.

Sin embargo, el concepto moderno de personalidad autoritaria ha cambiado el punto de vista sobre este tema. Ahora, una visión más amplia de la situación se vuelve urgente: una persona así busca la autocracia, pero puede ir a esto de maneras completamente diferentes, dignas e indignas.

La teoría de una personalidad autoritaria ahora dice que es un error evaluar a esa persona desde el punto de vista "bueno-malo", porque en sí mismo este fenómeno es difícil de llevar a ese marco. Además, en nuestra vida cotidiana, muchos líderes empresariales son precisamente ese tipo de personalidad, y eso es lo que les permite ser eficaces en sus negocios.

Aquí es necesario comprender que una persona que presenta exigencias igualmente elevadas para sí mismo y para los demás es un ejemplo positivo y permite disciplinar a los subordinados. Pero si una persona exige mucho a los demás, pero esto no le corresponde a él, hay problemas, porque esa persona socava la confianza en sí mismo.