¿Por qué mis hijos no me escuchan y se abofetean?

Al dar a luz, y después de criar a un hijo, los padres esperan con razón la gratitud, pero en general en las diferentes etapas de crecimiento reciben desobediencia, e incluso agresión.

La respuesta unilateral a la pregunta de por qué el niño constantemente grita, se burla de los padres y no obedece, nadie puede dar. Después de todo, en cada caso, hay razones para esto, pero tratemos de considerar el más común de ellos.

¿Por qué los niños no escuchan a sus padres?

Los bebés, especialmente a la edad de dos años, simplemente no saben cómo expresar sus sentimientos y emociones negativas de otra manera. Es por eso que, en forma de protesta, los niños no obedecen a su madre cuando consideran que tienen razón. El camino de la desobediencia y la histeria es el único disponible para ellos de lo que utilizan activamente. La salida de esta situación solo puede ser amabilidad y comprensión por parte de los padres, pero no un castigo.

Muchos padres están desconcertados: "¿Por qué mis hijos no me escuchan y se pegan a mí, literalmente, en el nivel del suelo?". Ya en la edad escolar, la rudeza en respuesta a una solicitud común puede darle al niño la impotencia habitual. Después de todo el niño, siendo incluso un adolescente, se da cuenta de su total dependencia de los padres, pero quiere ser independiente, sin saber cómo.

¿Cómo puedo ayudarlo?

Sí, sí, es el niño, y a través de él y yo. Él sufre de su mal comportamiento y él, y no solo los cercanos. Antes que nada, es necesario establecer un diálogo, y a cualquier edad. Solo las palabras tranquilas y deliberadas de los adultos y una comprensión sincera de las experiencias de un hijo o hija pueden cambiar la situación.

Si no comprende por qué el niño no obedece la primera vez, escúchelo con cuidado. Tal vez así es como quiere transmitir que tiene una situación tensa con uno de los miembros de su familia o compañeros, y por lo tanto intenta involucrar a las personas más cercanas a él para resolver el problema, pero no a través de solicitudes, sino de una manera tan desagradable.

Cuando es difícil comprender las acciones de un niño y es absolutamente necesario tomar medidas más activas que una conversación de corazón a corazón, no lo haga mediante el castigo corporal, que además suprime la creciente personalidad, pero priva al placer. Este es un método efectivo, pero debe ser claramente respetado y no debe desviarse del camino elegido.