Cada persona es única y, ante todo, se distingue por su mundo interior, sus rasgos de carácter, que se manifiestan en su actitud hacia los demás, los deberes públicos, el trabajo. En esta última conexión, la persistencia, la diligencia, la pasividad, la pereza, etc. se manifiestan. Ciertas cualidades del carácter de uno pueden ser resueltas por uno mismo. Sobre esto y otro, hablaremos con más detalle.
Formación y manifestación del personaje
El carácter es un agregado de características personales y está formado por las siguientes fuentes:
- base genética (los genes son capaces de determinar la propensión de cada persona a una actividad particular);
- la influencia de las circunstancias actuales en la persona misma;
- elección consciente de ciertas propiedades personales.
Vale la pena señalar que desde la infancia comenzó a desarrollar rasgos personales. Esto, nuevamente, está influenciado por las fuentes anteriores. Con los años, mejorando, una persona puede desarrollar las cualidades internas necesarias. Por lo tanto, el propósito se forma a través de una fuerte motivación, fuerza de voluntad y trabajo duro.
Como es sabido, la personalidad de una persona se manifiesta en varias relaciones, pero las siguientes son características:
- La actitud de una persona hacia otras personas (esto se manifiesta en comunicabilidad o aislamiento, rudeza o tacto, sinceridad o hipocresía, engaño). Esta actitud también está formada por la conciencia personal.
- En las relaciones consigo mismo, se manifiestan características de carácter como la autocrítica, la modestia, la confianza en uno mismo y el narcisismo.
- En las relaciones con la propiedad, se siente cuidado o negligencia, la generosidad es avaricia, desperdicio-ahorro.
- En relación con el caso: diligencia - pereza, deshonestidad - responsabilidad.
Un papel decisivo en la formación y desarrollo de los rasgos del carácter se juega por las actitudes hacia otras personas, la sociedad en su conjunto. La naturaleza de cada persona no puede ser entendida, revelada, sin conocer su comportamiento dentro del colectivo.
Rasgos de carácter Willed
No son innatas, por lo tanto, todos tienen el derecho de educarlos en sí mismos. El famoso científico I. Pavlov hizo hincapié en que el hombre es el único sistema viviente capaz de superación personal. Por lo tanto, las personas de voluntad débil gracias al trabajo cuidadosamente pensado son capaces de actividad activa. Para que en la vida adulta una persona no tenga dificultades con la manifestación de cualidades de voluntad en situaciones de conflicto, debe desarrollarse desde una edad temprana, entrenando la voluntad y desarrollando cualidades volitivas de carácter como:
- actividad;
- autocontrol, resistencia (la capacidad de tomar el control de la propia conducta en condiciones de vida difíciles, abstenerse de estallidos emocionales innecesarios, excesiva impulsividad en los hechos);
- decisividad (la capacidad de tomar una decisión oportuna, la capacidad, en cuyo caso, detener una determinada acción si pierde su utilidad);
- coraje, coraje, que son las cualidades opuestas de la cobardía.
Fuertes rasgos de carácter
Las personas con un carácter fuerte siempre se destacan en el contexto de la mayoría, y con frecuencia su personalidad se establece como un ejemplo para los demás. Difieren en que su naturaleza está presente:
- persistencia, que ayuda a defender la posición de vida de uno, el punto de vista;
- determinación, gracias a la cual la personalidad logra lo que se desea, lo que indudablemente agrega confianza a la propia fuerza;
- persistencia, porque, a través del trabajo arduo, cada persona puede cultivar estos u otros rasgos de carácter.
Débiles rasgos de carácter
Estos incluyen todas aquellas cualidades que no ayudarán a una persona a lograr lo deseado, ayudarán a encontrar una salida a una situación difícil de la vida, no ayudarán en la realización personal:
- voluntad débil;
- ligereza;
- impredecibilidad;
- incertidumbre