Alcohol y Dieta

Si tuvo tiempo de leer más de una docena de descripciones de dietas, probablemente haya notado una característica común: el consumo de alcohol durante una dieta, por regla general, está estrictamente prohibido. Por qué existe esta prohibición, y qué sucederá si esta prohibición es violada, lo analizaremos en este artículo.

¿Por qué no puede el alcohol con las dietas?

Para decidir si se puede tomar alcohol con una dieta, vale la pena recurrir a la esencia de las dietas. En la mayoría de todos, todos los sistemas de pérdida de peso se basan en el hecho de que limitan la cantidad de calorías consumidas. Las calorías son unidades que indican cuánta energía proporciona un alimento en particular. Si el cuerpo gasta menos calorías que con los alimentos, el excedente invariablemente se acumulará en la forma de una reserva de grasa. Si las calorías vienen en menos de lo necesario, el cuerpo comienza a descomponer la grasa para liberar energía de por vida.

Es fácil entender cómo el alcohol afecta la dieta, dado que es un producto extremadamente rico en calorías. Además, da calorías vacías, que no participan en el metabolismo. Es por eso que el alcohol y la dieta son incompatibles: no come lo suficiente como para no obtener calorías adicionales y para consumir grasa, y el alcohol suministra al cuerpo calorías vacías y los depósitos de grasa no se separan como resultado.

¿Qué tipo de dieta puede ser el alcohol?

Hay una dieta de actores, cuya esencia se reduce al uso de una dieta baja en calorías en días. En algunos días, se prescribe comer solo queso y beber solo vino seco. Los nutricionistas no aprueban dicha dieta, ya que es peligrosa para la salud.

El líder en calorías entre el alcohol es un licor dulce que contiene hasta 350 calorías por 100 g. Si lo usa en pequeñas cantidades para mejorar el sabor y el sabor de los platos, esto no afectará la figura de ninguna manera.

Alcohol y dieta: contenido de calorías

Lo primero que debes hacer es renunciar a los licores dulces. No recomendables y espíritus fuertes (whisky, vodka, ron, coñac, ginebra, brandy, vino fortificado). En 100 gramos, hay 220-250 calorías, que es igual a los huevos fritos de dos huevos.

Los indicadores restantes tampoco son alentadores: en el vermut 180 kcal, en champagne - 120, en vino semidulce - 100 kcal, y en vino seco - 60-85 kcal. En casos extremos, puedes beber un poco de la última bebida.

Cerveza, aunque tiene de 30 a 45 calorías por cada 100 gramos, pero se bebe en grandes dosis. En una botella típica de medio litro, de 150 a 250 calorías.